"División Palermo": la serie argentina de Netflix regresa con una segunda temporada más filosa, oscura y provocadora

La comedia creada por Santiago Korovsky volvió a Netflix en julio de 2025 con una segunda temporada que redobla la apuesta. Más oscura, ácida y arriesgada, División Palermo sigue burlándose del poder, la corrección política y la hipocresía social con un humor tan incómodo como irresistible.

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Segunda temporada de "División Palermo": del absurdo al thriller político

En su esperada segunda temporada, División Palermo demuestra que no se trata solo de una comedia de situación. La nueva entrega, estrenada en julio de 2025, retoma a los personajes donde los dejó la primera, pero los arroja a un contexto más turbio, donde los juegos de poder se mezclan con una trama policial de mayor envergadura.

El personaje de Felipe (Korovsky) ya no es solo un voluntario inseguro en una patrulla caricaturesca. Ahora se enfrenta a una red de corrupción institucional, traiciones internas y operaciones mediáticas que lo convierten —contra su voluntad— en una figura pública. Lejos de simplificarse, la serie crece en capas: se burla del sistema, pero también del show político y de las propias trampas del progresismo que dice combatir.

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Humor incómodo y densidad narrativa: un salto de calidad

La segunda temporada mantiene el tono irónico, pero profundiza en los dilemas éticos y en la fragilidad de los vínculos. Los personajes ya no solo funcionan como estereotipos invertidos: ahora tienen historia, motivaciones y contradicciones más marcadas.

El humor negro se mezcla con escenas de tensión casi de thriller, y la sátira deja paso —por momentos— a una crítica más amarga y menos esperanzada. La serie no se convierte en drama, pero sí coquetea con lo sombrío, sin perder su esencia: una mirada incómoda sobre lo que somos y lo que fingimos ser como sociedad.

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Nuevos personajes, conflictos internos y una Buenos Aires cada vez más distópica

La segunda temporada introduce nuevos personajes que enriquecen el universo de la serie: una asesora de imagen que intenta lavar la cara del escándalo político, un ex militar reconvertido en influencer de seguridad, y un periodista amarillista que explota la figura de la División como circo mediático.

Buenos Aires se vuelve más caótica, sucia y delirante, como si la ciudad misma colapsara bajo el peso de sus contradicciones. El diseño de producción, más ambicioso, refuerza la atmósfera distópica donde el absurdo ya no es solo cómico, sino también inquietante.

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¿La mejor serie argentina de Netflix?

La serie argentina División Palermo (1ra. temporada) fue reconocida internacionalmente al ganar el Emmy Internacional 2024 a la Mejor Comedia, y a nivel local recibió el premio a Mejor Serie de la Academia de Cine de Argentina, además de arrasar en los PRODU Awards con galardones para su elenco y su creador.

Con su segunda temporada, División Palermo confirma su estatus de serie de culto contemporánea. Pocas producciones locales logran conjugar sátira política, humor inteligente, sensibilidad social y riesgo estético como lo hace esta comedia negra.

No es una serie cómoda. Se burla de todos, y eso incluye a su propio público. Pero ahí reside su fuerza: en una televisión que muchas veces busca no incomodar, División Palermo elige el camino contrario y lo transita con lucidez y estilo.

Producción cuidada y mirada autoral

Detrás del humor, se nota una construcción visual sobria y eficaz. La dirección —compartida entre Korovsky, Diego Núñez Irigoyen y otros— propone una estética urbana y opaca, donde la ciudad de Buenos Aires se convierte en otro personaje: caótica, desigual, hostil y por momentos surrealista.

La música incidental, el montaje veloz y los encuadres cargados de detalles cómicos refuerzan la mirada autoral. No es una serie improvisada: cada plano y cada línea de diálogo parece pensada para disparar tanto la risa como la reflexión.

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¿Por qué ver "División Palermo" en Netflix?

  1. Porque es una comedia argentina que no subestima al espectador.
  2. Porque se atreve a tocar temas incómodos sin solemnidad.
  3. Porque demuestra que el humor puede ser político y popular al mismo tiempo.
  4. Porque confirma que Santiago Korovsky es una de las voces más originales del audiovisual argentino actual.

Conclusión 

Si disfrutaste la primera temporada, la segunda te va a descolocar y fascinar. Y si aún no viste División Palermo, es momento de sumarte a la patrulla más absurda, incómoda y brillante del streaming argentino.

 

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